Te subiste al avión con solo dos cosas en tu cabeza:
“Disfrutá como una nena. Andá a jugar”
Y
“Paso a paso”
Esas dos frases que te dijeron. Dos caras de la misma moneda.
Así se inicia tu viaje y así vas.
Dos caras de la misma moneda: miedos y alegrías. Incertidumbres y certezas. Llantos y alegrías. Soledad y compañía. Ansiedad y proceso.
Y así va a ser. Y así es.
No vas a vivir donde pensaste que ibas a vivir. No vas a trabajar donde pensaste que ibas a trabajar y no vas a vivir el amor que esperabas vivir apenas llegaste. Porque así lo sentiste. Porque por primera vez le diste más peso al cuerpo que a la razón. Como los nenes.
Los nenes juegan. Los nenes viven en su mundo de fantasía y de a poco van aprendiendo a comportarse según su cultura, sus mandatos. Malditos mandatos. No sigas tanto mandato. Sé que te cuesta y te va a seguir costando, pero vamos a luchar por soltarlos.
Una vez te encontraste con un nene y su abuela en la parada de colectivo que te llevaba al trabajo (una hora de distancia al trabajo, pensalo dos veces).
El nene estaba feliz y emocionado porque era su primera vez en colectivo.
Su abuela contaba que esperó toda la semana ese día.
Lo escuchaste, lo animaste y lo aplaudiste cuando se subió al bus.
Te emocionaste y también te diste cuenta que extrañás a los nenes. También extrañás esa inocencia. Lo escribís.
Ah, vas a ser tía. Vas a descubrir un amor que no sabías que existía. ¿cómo podés amar tanto a algo que todavía no conocés? Te felicito.
Vuelvo a los mandatos: soltar, esa frase tan cliché que odiás va a terminar escrita en una pizarra en tu habitación. Y la vas a repetir como mantra. Quizás no en el sentido que seguís odiando, sino más bien soltar esas ataduras que te fueron opacando por momentos o no dejándote salir. Hoy estás saliendo. De vos. De los discursos que por momentos te aplastan y te aplastaron siempre.
Vas a elegir quien querés ser. Te la vas a dar contra la pared también. Vas a putear y llorar. Pero no sabés la familia que vas a encontrar.
La incertidumbre va a ser tu sombra: tu mejor y peor enemiga. Pero creeme que está bueno también. Se te van a cerrar muchas puertas y se te van a abrir portones. Siempre acompañada por libros, como siempre. Y amigos. Tu conexión.
Cuando aparezca lo desconocido anímate. Te lo dice tu yo del futuro y se lo dice a ella misma. “telodigomelodigo” otro mantra que vas a repetir en cada conversación. Porque también vas a conocer a muchísimas personas con sentires parecidos. Extraños como los tuyos, pero también motivadores. Y se van a motivar entre ambos, entre todos. Se van a reír de sus desgracias. Fiel a tu estilo.
Te aconsejo que hagas red. No te quedes en ese rulo de pensamiento. Permitite llorar, pero hacé el esfuerzo de salir de ahí también porque corriéndote de ese lugar no sabés todo lo que vas a descubrir.
Bueno, ojo con la palabra correr también. Ya me vas a entender y te vas a reír.
En fin. Vení a conocerte. Buen viaje.
PD: no hablé de la segunda frase pero ahora que pienso, es lo que está sucediendo mientras te escribo esta carta.
------
Si querés escribir tu historia migratoria, inscribite en nuestro curso "Escribí tu migración" desde este link: https://emigrarporcarta.com/